Urna funeraria con tapa

Recipiente cerámico para incineración, elaborado a torno, con posibles restos de pintura color castaño en el cuerpo. Se completa con un vaso o plato hondo a torno, de base anular, de superficie alisada color negro brillante. La extensión de la incineración en urna es uno de los rasgos culturales más característicos de la Edad del Hierro en la Península. Tras quemar los cuerpos en una pira, las cenizas junto con los objetos personales del difunto, son introducidas en una urna en un hoyo excavado en el suelo, formando extensas necrópolis. Éstas son arqueológicamente poco aun en Madrid; la de Villarejo de Salvanés, formada por una treintena de enterramientos, es la mejor conocida de la II Edad del Hierro de la región.